El Tao del que puede hablarse
A veces tenemos esa sensación de estar sumergidos en el misterio.
Miramos a nuestro alrededor y todas las cosas parecen misteriosas.
Quiero decir: no sabemos exactamente lo que son.
Sabemos tal vez cómo nombrarlas,
pero no sabemos qué son.
El misterio puede ser una pequeña nube rosada,
o un rayo de luz que atraviesa el polvo de la habitación,
o lo que sentimos al percibir estas cosas.
Nosotros mismos somos un misterio
con nuestra capacidad de percibir y de recordar,
de hacer preguntas para las que no hay respuestas.
A veces tenemos esa sensación
y, como todas las cosas de la vida,
pasa.
E.
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