Cazando poemas para ti

  la abuela se sentaba en su mecedora todas las tardes y ponía la radio en la radio salía la voz grave del lector: yo el predicador fui rey sobre Jerusalén... la abuela se sumergía en el tiempo  que era como el balanceo de su mecedora  como el eco de las palabras del lector en el salón de la abuela  una salmodia infinita que parecía salir de la radio pero que brotaba en realidad de los ojos cerrados de la abuela  de su movimiento rítmico e intemporal  al final de la lectura siempre cantaban algo entonces la abuela se despertaba y volvía a ser la abuela de siempre  entonces sacaba los buñuelos de yuca con miel  y yo me iba feliz a la cama  como si llevara salmos en los bolsillos E.

  nada de lo que crees que soy te puede inspirar esa canción  nada de lo que crees que eres por eso camino en silencio a tu lado pasos como notas mudas en la sinfonía del atardecer  la canción real  es el sonido del viento entre las hojas el callado aullido de la última luz lo sientes un instante  y luego lo olvidas así ha de ser E.

luna de oreja mi corazón rallado te mira en la noche ensimismado y se pregunta lelo adónde irá este verso trasnochado de corazón castrado en luna vieja E.

  dame el pie Margarita dame el pie para ponerte bonita dame el pie si escribo con pie forzado y estas tú de pie a mi lado dame el pie con mal pie salió este verso con pies de plomo lo tuerzo dame el pie echarme a tus pies querría sin ninguna algarabía dame el pie no busques tres pies al gato que el pie quebrado es novato dame el pie a pie quedo y a pie llano a pie pelado te canto con buen pie E.

  a media tarde antes que el sol caiga salgo al parque a caminar con los brazos abiertos camino bajo el sol dando palmas cada palma es un acercamiento a la primavera un paso más podría sentarme en un banco del parque a llorar por el pasado tantos años tantas pérdidas pero ahora es primavera y el sol brilla sobre mi cabeza un día más entonces camino y doy palmas ahora es ahora E.

Chema Madoz silencio está prohibido tocar la lluvia silencio hacer gestos muy pequeños como la muerte silencio pasa el humo frenético de las bestias silencio revienta en el sueño la membrana del poeta silencio rayos asépticos para gallináceas silencio ciegas africanas ¡multiplicaos, oh estúpidos! silencio la posibilidad fulgurante del deseo silencio este infierno se mascó el poema todos los silencios son uno solo (poema hecho con versos de María Quintans, solo se ha añadido la palabra silencio)

  La lengua de la vaca y su meliflua manera de aceptarlo todo La lengua de la vaca y su caricia inefable La lengua de la vaca y su etéreo discurso en lengua de vaca La lengua de la vaca y mi limerencia en prado florido La lengua de la vaca y la serendipia de una luciérnaga La lengua de la vaca y el arrebol del atardecer La lengua de la vaca y la iridiscencia del último rayo de sol La lengua de la vaca y su muda elocuencia La lengua de la vaca y su efímero paso por el mundo La lengua de la vaca y la baba inmarcesible de la vaca qué limpia todas las alergias y la astenia primaveral E.

estrellas de papel pegadas al cristal de la noche sentado en la terraza del bar miro las ramas de las acacias las hojas amarillas brillan como una señal los ojos de la gente brillan a la luz acogedora de las farolas y el sudor de sus cervezas y sus sonrisas la noche nos envuelve como una señal de algo indescifrable pero no nos importa porque la cerveza es buena brillamos en esta condición de estar atrapados y felices pegados sin saberlo como una señal sobre el cristal de la noche E.

poetas necesitamos vuestras voces voces contra la cordura voces a favor de la cordura la que no tiene límites la que es punto y contrapunto y espacio y resurrección necesitamos esa voz que ríe y esa voz que llora y esa voz que se ríe cuando llora esa voz singular y plural que se mete en el aire y lo explota necesitamos voces de lo recto en curvas o de lo curvado en expansión una dimensión no lineal que contenga algo tan diminuto como vuestras voces cantando la canción de lo que fue de lo que es y será necesitamos vuestras voces largamente silenciadas largamente largas  sin más propósito que decir algún despropósito necesitamos la voz que lleváis dentro  que es la misma voz que está afuera entre las ramas necesitamos esa voz que camina entre la gente y le hace cosquillas en la barbilla la voz del chicle y del escarabajo las ocultas voces de la luna las voces de los cantos del reno cuando vuelve a casa  y encuentra la chimenea encendida y dice algún disparate como  ¿qué cenaremos hoy? ne

a veces escucho las conversaciones desde un rincón de la mesa las palabras saltan de una boca a otra tomando diferentes caminos que luego vuelven a juntarse y parten de nuevo otra vez las palabras danzan en el aire de las bocas hablan de lo que llevamos dentro de lo que tememos de lo que soñamos de lo que creemos ser de lo que ignoramos de lo que nos alegra o entristece el día de lo que callamos... las palabras crean al hablante que las crea a su vez y saltan de boca en boca jugando en una alegre conversación a veces me miran y me interrogan ¿y tú no dices nada? entonces me invento alguna chorrada y la suelto al aire de las bocas para que las palabras sigan danzando sobre ese gran vacío que llevamos dentro y vuelvo a mi rincón de la mesa a escuchar las conversaciones soy así de raro debo tener algún defecto de fabricación E.

por fin ha llegado la lluvia una emoción matutina en el cristal de la ventana algo para escuchar entre un pensamiento y otro su sonido está por todas partes pero solo interviene en nosotros con paciente delicadeza si quieres escuchar ella está allí la lluvia que limpia las calles de la ciudad y las calles del pensamiento tantas cosas importantes que teníamos en la pesada cabeza ahora se han convertido en agua y gotean solo quedan colgando unas pocas palabras con ellas intento escribir este poema E.

  luna de la tarde en un rincón tengo las manos que me dejaste las manos de cantar las manos de besarte las manos de mirar al cielo y soñar con una luna radio parlante que se resbala por el tejado de cristal de la tarde hasta mis manos solas solo hasta mis manos que en un rincón del corazón acarician otra luna de otra tarde lejana y brillante  como tú E.

explota la torre del campanario la joroba del dromedario la parca en su barca explota el tic tac del otro lado del tiempo una hoja otoñal en el viento la parca en su barca explota mi corazón rasgado el silencio de la noche iluminado la parca en su barca y todo esto sucede en un instante cuando te miro a los ojos querida muchacha E.

¿sombra de dios? ¿sombra de mí? ¿sombra del poema? ¿del poema que habla de algún dios? ¿del poema que habla de algún mí? ¿del poema que habla de algún poema? ¡es simplemente el eco que golpea la pared en sombras! ¡es simplemente un poema que hace eco! E.

tu piel junto a mi piel era el mapa más hermoso qué recuerdo plagado de montañas y valles de bosques ralos ríos de leche y miel por ese mapa vagaban mis manos buscando el punto geodésico de tu alegría  entonces te reías  y era como cascadas en el cielo y en la noche brillaban tus ojos estrellas verdes E.

quieto en la parte de atrás ¿detrás de qué? ¿detrás del viento? ¿detrás del pájaro? delante del árbol delante de mí yo y el árbol y un susurro apenas audible una voz ininteligible hace tiempo estoy aquí he visto todas las estaciones pasar todo se ha ido y todo ha vuelto imagino que dice esas cosas pero en realidad no dice nada sólo está ahí una presencia inquebrantable un susurro inquebrantable que lo penetra todo que es todo y que ahora simplemente me acompaña E.

Tengo dos felicidades que alimentar Joanna Oparek lo que soy y lo que no soy caminan juntos por la calle doblan la esquina al mismo tiempo saludan a la gente con la misma sonrisa lo que soy y lo que no soy se sientan en el mismo asiento del tren miran la ciudad atardecida con la misma nostalgia dibujan formas en el horizonte con la misma imaginación lo que soy y lo que no soy aman las cosas de este mundo con la misma intensidad ríen y lloran con la misma pasión juegan a ser y a no ser con la misma alegría a veces solo a veces lo que soy y lo que no soy se encuentran cara a cara y yo me quedo en silencio E.

Foto: Chema Madoz el sol en la terraza a mitad de octubre salido de una ensoñación de otoño ¿cómo encuentro mis manos la sombra de mis manos que se alargan hasta doblar la tarde en dos? en una de ellas estoy yo mirando pero no se puede mirar al sol con los ojos abiertos así la mirada se cierra sobre sí misma ciegos ojos de poeta así lo que ves es el agua dentro de los ojos agua roja y ensoñaciones de otoño la vida es básicamente eso agua y sol me quedaré un rato así  mirando con ojos ciegos no tengo nada mejor que hacer E.

yo no quiero esa palabra ajena ese silencio ajeno no quiero algo no-desnudo no-simple no-nadie no-yo E.

el poema se preguntaba cuándo alguien lo escribiría era un poco filósofo y se hacía ese tipo de preguntas mientras vagaba por las calles de aquella ciudad ni siquiera tenía forma de poema eran solo palabras colgantes en parte solo fonemas sombras de trazos bajo la luz de la luna pero se hacía ese tipo de preguntas si acaso habría algún propósito oculto qué relación hay entre el ser y el no-ser no podía aceptar que era simplemente así un poema jamás escrito E.