Oasis
al final uno siempre llega al oasis al oasis del amor o al oasis de la vejez o al oasis del encuentro con uno mismo esas aguas tranquilas que reflejan el cielo y renuevan el alma después de tanto caminar por el desierto uno se sienta allí frente a esas aguas y comprende que ese es el final y que sólo cuando hay un final puede haber un principio creo que mejor sigo caminando por las calles de mi barrio me estoy poniendo un poco nostálgico E.