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Cleptónimos

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Ruidos de un sueño ausente No tengo nada de sueño. Miro tu cuerpo desnudo sobre la cama. ¡Es lo más hermoso del mundo! Me siento iluminado y excitado, y sé que pronto comenzaré a acariciarte. Y tú te despertarás, y sonreirás, y haremos el amor. Sé que será muy pronto, en cuanto termine de escribir  este poema. Juan Carlos Ortega  

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  Ruidos de un sueño ausente A esta hora tranquila la vena azul que no palpita se vuelve hábil y aquellas figuras del paisaje, restallante de calcio,  van ayuntando cuerpos al cordón umbilical de la noche. Me siento a escudriñarte sin las formalidades de mi cabeza  y te encuentro más bello cada día: ángel recién salido del útero. Quisiera agarrarte y quedarme atascada durante veinte minutos  en tu espalda de arrecife de coral, quisiera ser el ruido de tu sueño transparente  en las primeras lluvias de octubre. Pero amor mío, soy humana y mortal como las algas de Nueva Zelanda, soy un suspiro en la noche, un sueño apenas dormido… Créeme entonces si te digo que este insomnio no da para mucho. Carmen Garrido

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  Ruidos de un sueño ausente El ruido de tu lengua en mi boca taladra las raíces que me atan a tus muñecas. Sonidos de cangrejos tejedores de huesos: los sonidos del insomnio, van y vienen por donde el agua viene y se va. Y proyectan tus manos sobre mis caderas con la precisión de un suspiro. Susana Recover

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  Ruidos de un sueño ausente El despertador, en la mesilla de noche, serpentea en el oído del horizonte. Recorro otra vez tu espalda con mis labios color algodón. Quiero dejar escrita cada frase que no te dije  en esos mil pliegues de terciopelo de tu boca. ¿Las palabras son abismos o escaleras? Sólo los signos trazados con caricias pueden hacer crecer flores  en el asfalto. Sara Valverde

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  Ruidos de un sueño ausente Para cambiar el volúmen del ruido de un sueño sigue las siguientes instrucciones: 1- Cómprate un gato de la suerte, de esos que venden en los chinos, y tenlo a mano en tu mesilla de noche. 2- Cuando suba el ruido del sueño y te despierte, alarga la mano derecha y dale un toque a la patita del gato para que se mueva. 3- Mira cómo se balancea y te invita a dormir, imaginate una radio a la que un gato va bajando el volúmen poco a poco, siente los ojos pesados… y todas esas chorradas. 4- Si el volúmen del ruido no se baja, repite los pasos 2 y 3 pero con la mano izquierda. 5- Si todavía persiste en no bajarse y permaneces despierta, agarra la oreja derecha con la mano izquierda y con el pie contrario toca la patita del gato. Luego repite el paso 3. 6- Si aún no funciona este truco hazlo totalmente al revés. 7- Si no logras dormirte con esto, levántate y haz 5 flexiones y 10 abdominales y repite los pasos del 2 al 7. Mónica Rubio

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  Ruidos de un sueño ausente Miro la cara dormida del Bodhisattva. Está frente a mi, también en mi sueño. Miro la cara silente del Bodhisattva, pero mi alma hace ruido y no me deja escuchar su silencio. Miro la cara sonriente del Bodhisattva. En mi sueño duele el mundo que se escurre entre las manos. Miro la cara paciente del Bodhisattva. Y yo sigo en este sueño inquieto, como un avestruz sin cabeza. Me mira la cara amante del Bodhisattva. ¿Cómo podré dormir en esta noche lluviosa? Kay Woo

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  Ruidos de un sueño ausente Esta noche tengo la cabeza llena de pájaros. Me levantaría a escribir pero sé que los pájaros se irán volando y tendré que tacharlos sobre el papel. ¿Tacharía sus picos y dejaría sus alas? ¿Tacharía ese no-lugar donde los pájaros se posan: palabras en la incertidumbre? Creo que quedaría algo así como un poema censurado. Tengo que admitir que me encanta esa idea. Tanja Ulbrich

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  Ruidos de un sueño ausente No te creas que tengo mucho sueño, llevo toda la noche con el ruido  de la taladradora. Ayer me puse a hacer una rosa una rosa pequeña de metal bruñido. Me gustaría pensar que con esa rosa puedo cambiar el mundo, llenarlo de esperanza. También le hice unas espinas afiladas, para aquellos que sólo piensan en poseer... Como este de al lado, que no para de hacer ruido con la taladradora. ¡Maldito mundo capitalista! Alejandro Gallego

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  Ruidos de un sueño ausente Los ruiditos de la noche son cuentos que la abuela teje en su sillón de caracola de mar, son cuentos que el mar teje en su sueño de vaivén oscuro, son sueñitos que explotan en la ventana como granos de maíz y que la abuela ensarta en el cordón del tiempo y cuenta una y otra vez hasta que la noche alarga la mano y mete todos los ruiditos dentro. Anita Ges

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  Ruidos de un sueño ausente El sueño que no sueña hace ruido, no un megapixel de ruido, ni un ruido metafísico, ni siquiera un ruido con fondo de Jazz, pero sí el suficiente  para meterse en tu sueño, conjunción copulativa atemporal. Eva Obregón

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  Lenguas Bajemos, pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros. Génesis 11:7 Dice la leyenda que en el principio había una única raza que tenía una sola lengua. Luego las lenguas fueron confundidas y los seres humanos dejaron de entenderse. Siempre he creído que la poesía es esa lengua común que va más allá de las diferencias de idioma, de las diferencias formales y aún más allá de las diferencias significantes. La palabra, el ladrillo común, se transforma en otra cosa, para crear un nuevo lenguaje que pueda reflejar lo que todos llevamos dentro: un ser humano doliente, anhelante, amante. Y es, a veces, simplemente sonido, imagen, movimiento, música, todo ello como parte de un conjunto de significado común, que puede ser entendido y compartido por todos. En los talleres que imparto se pone de manifiesto muchas veces este hecho del pensamiento participativo del que hablaba el físico David Bhom. Los poetas se contagian y comparten influencias los unos con los

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Suplantaciones ¡Cerezos en flor! No es un campo nevado, pero casi. Natsumi Shigure (Traducción: Nines Cuenca)