Piélago exangüe



El piélago de tu sangre

va de tu orilla a mi orilla,

dulcísima maravilla

que no rompe el bello mangle.


Tu sangre como un enjambre

entra y sale, sale y entra.


Y en la orilla al mangle encuentra

y lo acaricia otra vez

con dulcísima altivez

que sale otra vez y entra.


E.


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