Cazando poemas para ti

al final uno siempre llega al oasis al oasis del amor o al oasis de la vejez o al oasis del encuentro con uno mismo esas aguas tranquilas que reflejan el cielo  y renuevan el alma después de tanto caminar por el desierto uno se sienta allí frente a esas aguas y comprende que ese es el final y que sólo cuando hay un final puede haber un principio creo que mejor sigo caminando por las calles de mi barrio me estoy poniendo un poco nostálgico E.

siempre me ha gustado la imagen del desierto caminar por arenas infinitas sin saber a dónde ir es la imagen de la soledad del alma y del encuentro del alma sólo el cielo encima y la arena debajo extendiéndose hasta el horizonte las dunas cambian de posición con el viento y el paisaje que parece siempre el mismo se renueva cada día uno no sabe... pero es seguro que llegará a su destino incluso si este es la muerte estas calles de mi barrio son un poco así a veces me pierdo por ellas pero al final siempre encuentro el camino E.

los duendes que embrujan el mineral embrujan estas calles salgo a pasear por las tardes y encuentro palabras en las paredes las recojo en mi bolsa de cristal azul para esparcirlas luego en el viento y que me digan cosas al oido los duendes hablan una lengua antigua y desprenden óxido de arsénico por sus pequeñas bocas abiertas el mineral se abre entonces muestra su estructura cristalina hexagonal su corazón blanco azulado yo sigo caminando por estas calles de barrio a paso ligero a ver qué más me encuentro E.

ya es otoño cerrado muchos árboles se han quedado completamente desnudos los pájaros no tienen dónde cobijarse en mi tierra hacíamos palomares y mandábamos a las palomas con mensajes de una punta a otra de la isla las palomas siempre volvían con otros mensajes en sus patas anilladas el otoño siempre vuelve recordándonos que todo es perecedero hasta los propios recuerdos a estas alturas de la vida debería haberlo aprendido en mi tierra no había otoño pero teníamos palomares con palomas mensajeras y las palomas siempre volvían E.

¿de dónde brota la poesía? me preguntaba yo en medio de la tarde mientras el sol rompía a llorar en poniente yo en medio de mi propia tarde caminando por la calle bajo la lluvia de otoño un hombre cualquiera que se hace una pregunta insignificante o un poeta cualquiera que se hace una pregunta trascendental de dónde brota todo esto puro sentimiento enraizado en un montón de recuerdos de miles de tardes iguales a esta abierta ahora ante mis ojos como una cosa nueva yo ante mis propios ojos un poco como lluvia un poco como luz y un poco como recuerdo así eran las cosas y cambiaban todo el tiempo y la palabra trataba de atraparlas pero no podía entonces olvidé la pregunta y seguí caminando E.

estrellas de papel pegadas al cristal de la noche sentado en la terraza del bar miro las ramas de las acacias las hojas amarillas brillan como una señal los ojos de la gente brillan a la luz acogedora de las farolas y el sudor de sus cervezas y sus sonrisas la noche nos envuelve como una señal de algo indescifrable pero no nos importa porque la cerveza es buena brillamos en esta condición de estar atrapados y felices pegados sin saberlo como una señal sobre el cristal de la noche E.

poetas necesitamos vuestras voces voces contra la cordura voces a favor de la cordura la que no tiene límites la que es punto y contrapunto y espacio y resurrección necesitamos esa voz que ríe y esa voz que llora y esa voz que se ríe cuando llora esa voz singular y plural que se mete en el aire y lo explota necesitamos voces de lo recto en curvas o de lo curvado en expansión una dimensión no lineal que contenga algo tan diminuto como vuestras voces cantando la canción de lo que fue de lo que es y será necesitamos vuestras voces largamente silenciadas largamente largas  sin más propósito que decir algún despropósito necesitamos la voz que lleváis dentro  que es la misma voz que está afuera entre las ramas necesitamos esa voz que camina entre la gente y le hace cosquillas en la barbilla la voz del chicle y del escarabajo las ocultas voces de la luna las voces de los cantos del reno cuando vuelve a casa  y encuentra la chimenea encendida y dice algún disparate como  ¿qué cenaremos hoy? ne