Cazando poemas para ti

II la luz que entra por la ventana a esta hora la luz que deja un rastro blanco sobre la mesa blanca llena de rayajos la luz que acaricia la palma de mis manos y a la que yo no puedo acariciar la luz que nada dice y a la que yo no tengo nada que decir la luz que se queda un rato conmigo cálidamente en silencio E.

I escucho en la hora quieta de la mañana ninguna palabra el silencio es un chisporroteo eléctrico un murmullo horizontal florece la luz en la ventana entre sombras E.

El piélago de tu sangre va de tu orilla a mi orilla, dulcísima maravilla que no rompe el bello mangle. Tu sangre como un enjambre entra y sale, sale y entra. Y en la orilla al mangle encuentra y lo acaricia otra vez con dulcísima altivez que sale otra vez y entra. E.

  Cuando tienes éxito y crees que has alcanzado la cima puedes facilmente caerte. Cuando fracasas puedes llegar a creer que es el fin y hundirte del todo en tu dolor. Ambas posiciones son inestables e ilusorias, mejor estar con los dos pies en la tierra. En el camino se aprende que todo es transitorio, uno simplemente camina y observa... A veces en el camino no hay nadie: sólo un paso detrás de otro, ¿quién es el que tiene éxito y quién fracasa? E.

  Fluir con la vida  es comprender que las cosas vienen y van. Si no comprendes esto querrás aferrarte a todo y serás continuamente golpeado. La naturaleza de las cosas es la impermanencia y esa es también tu propia naturaleza. Presta atención al fluir de las cosas, pero confía en tu visión interior, de esa manera tu corazón siempre estará abierto como el cielo. E.

  Cada cosa viva se expresa a sí misma en una forma, pero esa forma es la expresión del vacío interior del que manan infinitas posibilidades. Así a cada instante el vacío es la forma y la forma es el vacío... Mientras escribo estos versos cada letra ocupa su lugar  para formar una palabra sobre la hoja en blanco. Esto nos permite leer  las ideas que surgen del vacío interior. Pero la hoja en realidad sigue estando en blanco y las letras pueden tomar infinitas combinaciones sobre ella. Esta es la naturaleza del vacío: incesante transformación, infinitas posiblidades. Somos un no-ser. Puedes utilizarlo del modo que quieras. E.

  Cuando miramos a nuestros pensamientos, estos revolotean sin parar, de un tema a otro, de una preocupación a otra. Cuando miramos atentamente a nuestros pensamientos, lo cual quiere decir: con afecto, estos siguen revoloteando sin parar, pero ya no nos molesta, ya no queremos hacer nada con ello. Cuando seguimos mirando, con ese afecto infinito de la mirada atenta, el revoloteo de los pensamientos se va calmando hasta hacerse casi imperceptible. Es en ese momento que descubrimos que lo que mira al pensamiento es otro pensamiento y lo dejamos de lado también. Lo que queda allí es un instante vacío. De ese vacío florece el tiempo, y con él todas las cosas. E.